"El Pacto no es un convenio, solo fija marcos de la cooperación internacional", dijo al inaugurar en Marrakech (Marruecos) una conferencia convocada para aprobar este documento.
Guterres calificó como un mito y un error la afirmación de que este Pacto le permita a la ONU imponer a los Estados determinada política migratoria, infringiendo su soberanía.
Dijo que este documento no tiene carácter vinculante, sino que es "un acta de confianza, un intento de crear un sistema en una esfera en que se necesita tanto la cooperación internacional".
También expresó la esperanza que el Pacto se cumpla enérgicamente y contribuya al aumento del interés hacia el problema migratorio en el mundo entero.
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El documento, que quedó elaborado tras seis meses de debates en que participaron casi todos los Estados miembros de la ONU, no es jurídicamente vinculante, solo abre la posibilidad de una cooperación global en esta área.
Al mismo tiempo los defensores de derechos humanos sostienen que las medidas señaladas en el Pacto son insuficientes para proteger los derechos de los inmigrantes.
Países como Bélgica, Bulgaria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Australia, Israel, Italia y Suiza decidieron no participar en la conferencia sobre la aprobación del Pacto.
La Administración del presidente de EEUU, Donald Trump, se retiró de la discusión a fines de 2017.
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Según los datos de la ONU, el número total de las personas desplazadas en todo el mundo llegó a 68 millones, incluidos 25 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes del estatuto de refugiado y 40 millones de desplazados internos.