"Es un asunto interno de Francia, para nosotros lo más importante es que los desórdenes no causen víctimas o afecten a los ciudadanos rusos en ese país", dijo en respuesta a un periodista que le preguntó si ve en estas manifestaciones una variante de las revoluciones de colores y la mano de EEUU detrás de esto, como señalan algunos medios.
La movilización de los chalecos amarillos que toma su nombre de la prenda fluorescente de uso obligatorio para los automovilistas, se inició el 17 de noviembre para protestar contra el alza de los combustibles prevista por el Gobierno francés a partir del 1 de enero.
En las protestas del 24 de noviembre participaron más de 100.000 personas, según las cifras oficiales. La policía arrestó a más de un centenar de manifestantes.
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El 1 de diciembre el Gobierno francés sacó a 65.000 agentes para controlar las protestas que se saldaron con más de 400 detenidos y 133 heridos.
En lo que va de año, según la emisora Europe1, el precio del gasóleo se incrementó un 23% y el de la gasolina, un 15%.
