"La ley marcial impuesta por iniciativa del [presidente ucraniano] Petró Poroshenko a partir del 28 de noviembre en diez provincias de Ucrania [casi la mitad del todo el territorio del país], incluso en Donbás, no solo contradice la letra y el espíritu del Conjunto de medidas [de Minsk], sino conlleva una seria amenaza de que se reanuden los combates", dijo Lukashévich.
El texto legal precisa que el estado de guerra se implanta en Vínnitsa, Nikoláev, Odesa (en la frontera con Moldavia), Donetsk, Lugansk, Járkov, Jersón, Sumi (en la frontera con Rusia), Zaporozhie y Chernígov (en la frontera con Bielorrusia), así como en el mar de Azov.
La medida estará vigente durante 30 días.
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El 25 de noviembre, tres buques de la Armada ucraniana violaron las aguas territoriales de Rusia y efectuaron maniobras temerarias que pusieron en peligro la navegación; tras una persecución fueron apresados por los guardacostas rusos.
Entre los militares ucranianos se encontraban dos agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania que al parecer dirigían la operación.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, calificó la incursión ucraniana de "una provocación deliberada".
Denunció además que Ucrania violó las normas fundamentales del derecho internacional.
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El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó que los guardacostas rusos actuaron conforme a las normas del derecho internacional después de que buques militares extranjeros entraran ilegalmente en aguas territoriales del país.
