"Las recientes informaciones de que las autoridades de EEUU sacaron conclusiones definitivas son falsas, tenemos muchas preguntas sobre el asesinato de Khashoggi que quedan sin respuesta todavía", dijo a la prensa.
El presidente estadounidense, Donald Trump, examinó el caso Khashoggi el 17 de noviembre con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y la directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Gina Haspel.
El 16 de noviembre el periódico The Washington Post informó que la CIA descubrió que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, ordenó el asesinato de Khashoggi.
Según un informe de la CIA, el hermano de Mohammed, Khalid bin Salman, que es el embajador saudí en EEUU, supuestamente por orden del príncipe heredero, le dijo a Khashoggi en una conversación telefónica que visitara el consulado de Arabia Saudí en Estambul para recuperar sus documentos.
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Por su parte, la portavoz de la embajada de Arabia Saudí en Washington, Fatimah Baeshen, indicó que Khalid y Khashoggi nunca hablaron sobre nada relacionado con visitar Turquía y el propio Khalid bin Salman desmintió la investigación de la CIA.
El reconocimiento de Arabia Saudí de que el periodista había sido asesinado en una pelea dentro del consulado se produjo después de dos semanas de negaciones y de la creciente presión de los aliados occidentales para proporcionar explicaciones.
El 25 de octubre, el fiscal general saudí reconoció que el asesinato del periodista fue premeditado.
En total fueron detenidos 21 presuntos implicados en el asesinato, para cinco de los cuales la Fiscalía pidió la pena muerte.
Sin embargo, Riad sostiene que el asesinato no tuvo nada que ver con la familia real saudí, describiéndolo como una operación deshonesta.