"La situación en Rusia no es la misma que en Irán, de donde se van; las empresas no abandonan Rusia en lo absoluto, las que trabajan aquí están muy contentas con este trabajo, me refiero a las empresas suizas; pero las empresas para las cuales el mercado estadounidense es importante van a tener cuidado", dijo.
El embajador subrayó que esta situación requiere especial prudencia de los bancos, que necesitan eliminar los riesgos potenciales y, además, dependen del dólar.
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Afirmó también que el impacto de las sanciones sobre el comercio entre Suiza y Rusia es limitado, pero hay que tener en cuenta el factor psicológico.
"Diría que en general el impacto de las sanciones en el comercio es limitado, me refiero al impacto real para Rusia; el impacto psicológico, especialmente debido a las sanciones estadounidenses, es probablemente un poco mayor, es difícil de evaluar porque no es tangible", remarcó.
"El intercambio comercial se redujo de 7.500 a 3.600 millones de francos suizos", precisó al señalar que "esto ocurrió no por las sanciones sino por la situación económica en Rusia y [la volatilidad del] rublo en 2014".
El embajador señaló que "el clima político" y la coyuntura económica de Rusia son los dos factores cuya normalización recuperaría los niveles anteriores de la cooperación económica entre Suiza y Moscú.
"Ya se estabilizó la situación macroeconómica, el Banco de Rusia funciona bien, todos lo dicen y es verdad, pero todavía hay problemas para las empresas extranjeras que invierten aquí", recalcó.
Asimismo, el embajador suizo afirmó que el principal problema de las sanciones contra Rusia es que obstaculizan la integración del país en la economía mundial.
El diplomático explicó que debido a la alta interdependencia en la economía global, las empresas suizas no pueden llamarse "exclusivamente suizas", operan en muchos países y tienen en cuenta la situación internacional.
Según Rossier, el espíritu de confrontación entre Moscú y Occidente no promueve la inversión, ni el intercambio de innovaciones, ni facilita la cooperación entre su país y Rusia.
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La confrontación "no hace todo esto imposible, pero puede que reduzca la actividad, sería mejor si no hubiese confrontación", remarcó.
Ese mismo año la UE, Estados Unidos y varios países de su órbita impusieron sanciones contra Rusia por su supuesto papel en la crisis ucraniana, algo que Moscú ha negado.
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Rusia respondió a quienes impusieron medidas de restricción en su contra con un embargo agroalimentario.
