El 1 de septiembre pasado, el periódico estadounidense The New York Times comunicó, citando a fuentes oficiales, que agentes del Buró Federal de Inteligencia (FBI) y el Departamento de Justicia de EEUU intentaron sin éxito reclutar a varios empresarios rusos, entre ellos Oleg Deripaska, número 248 en la lista Forbes 2018.
"No voy a comentar este informe, pero lo cierto es que en los últimos años los servicios de inteligencia de EEUU obran con bastante descaro intentando reclutar a los ciudadanos rusos, sometiéndolos a presión moral", dijo Peskov.
Por ello "me parece que esos casos constatan con elocuencia los intentos [de EEUU] de injerirse en los asuntos internos de la Federación de Rusia", subrayó.
Según el medio estadounidense, Deripaska, considerado "oligarca con vínculos estrechos con el Kremlin", de haber sido contratado, habría podido proporcionar a los servicios de inteligencia norteamericanos información "sobre la delincuencia organizada en Rusia y posible ayuda rusa a la campaña del presidente [Donald] Trump de 2016".
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En abril Deripaska fue incluido en la lista de sanciones de EEUU, lo que le forzó dejar el consejo directivo del gigante de aluminio Rusal y abandonar la junta directiva del grupo En+ (que tiene una participación en Rusal).
En particular, las pesquisas buscan comprobar la teoría de que el entonces candidato republicano Trump tuviera contactos secretos con el Kremlin durante la campaña electoral, y que Moscú intentara de alguna manera influir en los resultados de los comicios mediante ciberataques.
Las autoridades de Rusia han negado cualquier interferencia en comicios extranjeros.
El Kremlin ha dicho en repetidas ocasiones que las acusaciones son "absurdas" y representan un intento de desviar la atención de los asuntos domésticos de EEUU.
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