La dirigente conservadora aspira a competir con China como inversor líder en África subsahariana y adelantar a Estados Unidos como primer país del G7 con presencia económicamente activa en el continente.
"Quiero que el Reino Unido sea el inversor número uno del G-7 en África para el 2020, con compañías británicas del sector privado tomando el liderazgo, invirtiendo miles de millones que permitan crecer a las economías africanas", declaró la primera ministra en Ciudad del Cabo.
La agenda del viaje incluye encuentros bilaterales con los presidentes de los tres países: el sudafricano Cyril Ramaphosa, el nigeriano Muhammadu Buhari y Uhuru Kenyatta.
Cara a la salida de la Unión Europea, prevista en marzo de 2019, el Ejecutivo de May pretende ajustar a los intereses nacionales del Reino Unido su estrategia y programas de ayuda al desarrollo internacional.
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"No se trata de extender la influencia geopolítica ni de crear relaciones dependiente que cojean en un lado, sino de que el Reino Unido colabore más estrechamente con las 50 naciones de África para potenciar nuestras compartidas prosperidad y seguridad", dijo en Sudáfrica.
Según May, las "asociaciones genuinas" son las que trabajan "responsablemente para alcanzar metas comunes".