"El principal resultado de esta cumbre es el mensaje de que las relaciones europeas van más allá del tema ucraniano; este no es retirado de la agenda, pero todos saben que no hay una solución inmediata y no se puede seguir permitiendo que este problema defina las relaciones entre Europa y Rusia", señaló.
Según la experta, la UE y Rusia "deben cooperar respecto a temas de interés mutuo", entre los que enumeró "el de no permitir que se den las condiciones para nuevos flujos migratorios desde Siria, la reconstrucción del país tras el conflicto y el mantenimiento del acuerdo nuclear iraní".
"Tampoco puede dar la imagen de hacer concesiones [a Moscú] respecto a Ucrania, por tanto se entrevé el borrador de una nueva ruta que permita a cada parte conservar sus intereses y su imagen: apoyar el sistema de gasoductos ucranianos y la construcción del Nord Stream 2", concluyó.
El presidente ruso, Vladímir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron el 18 de agosto en las afueras de Berlín para repasar las relaciones entre los dos países y debatir sobre Ucrania, Siria e Irán.
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El proyecto Nord Stream 2, impulsado por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y los Países Bajos, prevé el tendido de dos tuberías por el fondo del mar Báltico para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas.
El gasoducto pasará por las zonas económicas de Alemania, Finlandia, Rusia, Suecia y Dinamarca.
De estos países solo Dinamarca no ha dado por ahora su visto bueno para construirlo.
Varios países, como EEUU, Ucrania, Letonia, Lituania y Polonia expresaron su rechazo al proyecto, alegando que puede aumentar la dependencia de los países europeos del gas ruso.
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Tanto Moscú como Berlín subrayaron en varias ocasiones que el Nord Stream es un proyecto puramente comercial.