"Rusia expresó un categórico rechazo ante las sanciones anunciadas recientemente por Washington que alegan a la presunta implicación de Rusia en el llamado caso Skripal", dice el texto.
Lavrov y Pompeo examinaron también una serie de temas de la agenda internacional, "incluida la situación en Siria, así como algunos otros temas examinados durante la reunión de los presidentes de Rusia y EEUU el 16 de julio en Helsinki".
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El Departamento de Estado de EEUU anunció el 8 de agosto la imposición de restricciones a Rusia por su presunta implicación en un intento de homicidio del exagente Serguéi Skripal y su hija Yulia con un agente nervioso. Las sanciones entrarán en vigor tras un período de notificación de quince días, el próximo 22 de agosto.
Una segunda batería, que se activaría tres meses después, a menos que Rusia proporcionase garantías fiables del no uso de armas químicas en el futuro, incluiría la degradación de las relaciones diplomáticas, la suspensión de los vuelos de aerolíneas públicas del país sancionado a EEUU y el cese de casi todas las exportaciones e importaciones.
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Al Congreso de EEUU también fue enviado un proyecto de ley que estipula entre otras cosas prohibir las operaciones de los mayores bancos estatales de Rusia en el territorio estadounidense y endurecer las sanciones contra el sector ruso de hidrocarburos, pero el futuro de esta iniciativa todavía es incierto.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongará por varios meses, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento y catalogó el arma como neuroparalizante, supuestamente desarrollada por químicos rusos.
Moscú rechaza las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación.