"En Moscú expresan preocupación por las provocaciones de los representantes de la oposición de Zimbabue que causaron víctimas civiles", dice el texto.
"Llamamos a todos los participantes de la vida social y política del país a mostrar responsabilidad ciudadana, adoptar una postura constructiva para que puedan concluir todos los procedimientos electorales previstos (…) en el marco de las normas constitucionales", dice el documento.
Después de las elecciones generales celebradas el 30 de julio en Zimbabue estallaron protestas en la capital del país, Harare.
El 1 de agosto en la ciudad se escucharon disparos, la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, y poco después entraron equipos militares.
De acuerdo a la policía, tres personas perdieron la vida durante las protestas.
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El 30 de julio los nacionales de Zimbabue acudieron a las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias tras la destitución de su exlíder Robert Mugabe en noviembre pasado tras 37 años al frente del país.
Sin embargo, el 1 de agosto la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), encabezada por el presidente en ejercicio Emmerson Mnangagwa, se atribuyó el triunfo y la mayoría de los escaños en la cámara baja del Parlamento.
Por su parte, Chamisa escribió en su cuenta de Twitter que las manipulaciones "no lograron doblegar su voluntad".
THANK YOU ZIMBABWE…I’m humbled by the support you have given to me as a Presidential Candidate. We have won the popular vote. You voted for total Change in this past election!We have won this one together. No amount of results manipulation will alter your WILL #Godisinit
— Nelson Chamisa (@nelsonchamisa) 1 августа 2018 г.
Mugabe se vio obligado a dimitir a finales de noviembre de 2017 por presiones de la cúpula de ZANU-PF y del Ejército, que intervino en la crisis política provocada por la destitución del entonces vicepresidente Mnangagwa.