En el Muro de las Lamentaciones, el segundo lugar más sagrado para los judíos, el duque de Cambridge expresó su deseo de que la paz llegue a Oriente Medio. "Que el Dios de la paz bendiga esta región y todo el mundo con la paz", escribió en el libro de honor del recinto.
El recorrido de Guillermo, primer miembro de la familia real británica que visita de forma oficial Israel y Palestina desde que se creó el Estado de Israel (1948), empezó a primera hora de la mañana en la iglesia de María Magdalena, donde se encuentra enterrada la princesa Alicia de Battenberg.
El duque de Cambridge depositó un ramo de flores en la tumba de su bisabuela y rezó junto a Archimandrit Roman, máxima autoridad de la Misión Eclesiástica Rusa en Jerusalén.
Las campanas de la iglesia sonaron cuando entró el príncipe, que hizo muchas preguntas sobre la historia de la iglesia y la conexión de su familia con ese lugar, en el que también está enterrada otra antepasada suya, la Gran Duquesa Isabel Feodorovna, en cuya tumba depositó flores.
The Duke of Cambridge pays his respects at the tomb of his great-grandmother, Princess Alice, at the Church of St Mary Magdalene. pic.twitter.com/NOZH1oNKCo
— Kensington Palace (@KensingtonRoyal) 28 июня 2018 г.
"Creo que estaba emocionado, esto es algo muy personal para él, estoy seguro. Visitar a su familia en este lugar sagrado. Entre tantas partes oficiales del viaje, esto ha sido media hora de paz personal", dijo el padre Roman.
El clérigo regaló a Guillermo una cruz de madera del siglo XIX, un huevo de Pascua de cristal para la duquesa de Cambridge y pequeños huevos y cruces de madera para sus hijos.
Guillermo pudo divisar desde la iglesia, que tiene una vista privilegiada sobre la Ciudad Vieja, los tres lugares santos a los que se dirigía y que se encuentran en el casco antiguo amurallado.
At the Mount of Olives, The Duke of Cambridge views the Old City of Jerusalem. pic.twitter.com/irWcx94I1h
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El primero fue la Explanada de las Mezquitas, donde visitó la Mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del mundo para los musulmanes, y la Cúpula de la Roca de la mano de las máximas autoridades musulmanas del lugar, administrado por Jordania.
The Duke of Cambridge visits the Dome of the Rock. pic.twitter.com/20NJAxBaXa
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The Duke of Cambridge visits al-Aqsa Mosque. pic.twitter.com/9MKhy9wrz1
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Tras recorrer la Explanada de las Mezquitas, el príncipe rezó en el Muro de la Lamentaciones, donde depositó una petición escrita en un pequeño papel, como hacen los judíos que oran allí. En el recinto del Muro estuvo acompañado por el rabino Shmuel Rabinovitch, la máxima autoridad religiosa allí.
Posteriormente se trasladó a pie, recorriendo las estrechas calles de la Ciudad Vieja, hasta la iglesia del Santo Sepulcro, donde le esperaban las autoridades de todas las confesiones cristianas de Jerusalén a quienes escuchó atentamente cuando le daban explicaciones.
La casa real británica no quiso que la visita de Guillermo entorpeciera demasiado la vida de los ciudadanos de Jerusalén ni las visitas de los turistas a los lugares sagrados. En el Muro de las Lamentaciones y en el Santo Sepulcro, el duque de Cambridge se abrió paso entre decenas de personas.
The Duke of Cambridge visits the Church of the Holy Sepulchre in the Old City of Jerusalem. pic.twitter.com/u2hQ19Bgyi
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"No salimos aún porque nos han dicho que viene el príncipe Guillermo", decía una peregrina italiana por teléfono en la iglesia del Santo Sepulcro. "Es muy emocionante verle aquí", comentó a Sputnik la peregrina, Chiara, llegada desde Florencia a Tierra Santa.
La visita a la Ciudad Vieja de Jerusalén puso el broche final a una gira de cinco días que ha traído a Guillermo a Jordania, Israel y Palestina.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, intentó reunirse con Guillermo, pero el príncipe rechazó su propuesta porque parte de la ciudad está ocupada.
En su encuentro, ayer 27 de junio en Ramala, con el presidente palestino, Mahmud Abás, el duque de Cambridge re refirió a los territorios palestinos como "país", palabra que los gobiernos europeos no suelen utilizar. Oficialmente, el Reino Unido designa a Palestina como Territorios Palestinos Ocupados, denominación que se ha usado durante todo el viaje del príncipe.