Según la militar, los láseres se han utilizado para desorganizar las operaciones aéreas de EEUU en el Pacífico, donde se han registrado 20 incidentes de este tipo desde septiembre de 2017. El último ocurrió hace menos de dos semanas, dijo la funcionaria, aunque ninguno de estos incidentes ha provocado quejas o lesiones en los pilotos.
En aquel caso, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, aseguró que el informe de Washington sobre el deslumbramiento de los pilotos norteamericanos desde una base china no se correspondía con la realidad.
La última ronda de presuntos ataques con láser ha tenido lugar en el mar Oriental de China y sus alrededores, que alberga unas disputadas islas reclamadas tanto por Japón como por China.
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Las aguas del área son utilizadas regularmente por barcos militares y civiles japoneses y chinos, así como por una milicia marítima semiautónoma que defiende los intereses territoriales de China en la región.
China y Estados Unidos han firmado el protocolo sobre armas láseres deslumbrantes, que prohíbe el uso de armas de este tipo como medio o método de guerra.
Pekín ya había cuestionado un vuelo de los bombarderos estadounidenses B-52, capaces de llevar armas nucleares, cerca de las islas Spratly (Nansha para China), situadas en el mar de China Meridional, y advirtió de que su país tomará medidas para defender su soberanía, la paz y la estabilidad en la zona.
Asimismo, China manifestó su disgusto después de que dos naves de la Marina de Estados Unidos se acercaran a las Islas Paracelso —involucradas en una disputa territorial entre Vietnam, Brunéi, Malasia y Filipinas—.