"El intenso avance de las relaciones no es coyuntural sino responde a una enorme coincidencia de intereses fundamentales, enfoques comunes de los problemas mundiales y el propósito de ambos países de garantizar, ante todo, su propio desarrollo", dijo Denísov al intervenir en el evento denominado "Rusia y China: la cooperación hacia una nueva era".
En junio, puntualizó, está prevista una reunión de los presidentes de ambos países y su participación en la cumbre de líderes de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
Fundada en 2001, la OCS integra hoy a China, India, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
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Denísov rechazó que el acercamiento de Moscú y Pekín se deba a la tensa situación internacional y el pulso con los países occidentales.
"La tensión internacional y las divergencias con los países de Occidente no son en absoluto la razón del acercamiento entre Moscú y Pekín, como lo afirman algunos expertos, sino el trasfondo sombrío en el que la importancia de la cooperación ruso-china para los dos países y el mundo entero en general se ve con mayor esplendor y claridad", subrayó.