El 17 de mayo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China comentó en términos bastante duros el hecho de que Rosneft Vietnam BV, una subsidiaria de Rosneft, comenzara a perforar en un campo petrolífero en las costas vietnamitas conocido como Lan Do, en el mar del Sur de China —en aguas que Pekín considera suyas—.
"Ningún país, organización, empresa o persona tiene derecho a, sin el permiso del Gobierno chino, participar en actividades de prospección o explotación de los recursos de la zona controlada por China. Instamos a las partes pertinentes a mostrar respeto por la soberanía de nuestro Estado", dijo el portavoz del ministerio, Lu Kang, en una conferencia de prensa.
Rosneft, a su vez, aseguró que las zonas que Rosneft explora en el mar del Sur de China se encuentran en aguas territoriales de Vietnam, además, la compañía lleva a cabo sus actividades en este país asiático cumpliendo escrupulosamente con los permisos necesarios y respetando la legislación vigente en cuanto al uso de recursos minerales en la República de Vietnam.
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Últimamente, China ha seguido de cerca la evolución de distintos proyectos en los territorios en disputa. Durante 2017, debido a la presión de Pekín, Vietnam suspendió en dos ocasiones una prospección en el mar del Sur de China, concretamente en un gran yacimiento de petróleo llamado Emperador rojo y desarrollado por la española Repsol junto a la árabe Mubadala Petróleo y PetroVietnam.
"El proyecto de Rosneft en la plataforma del mar Meridional de China se ha implementado durante los últimos 16 años, y hasta el momento no había habido problemas", subrayó un representante de Rosneft en declaraciones a RBC.
Pekín y Moscú son socios estratégicos, y con este nivel de contacto pueden ponerse de acuerdo en las cuestiones más complejas, opina el presidente del Centro de Análisis Ruso-Chino, Serguéi Sanakóev. Según las cifras de 2017, Rusia fue el mayor proveedor de petróleo a China por segunda vez consecutiva, con casi 60 millones de toneladas de crudo exportado al gigante asiático.
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No obstante, las relaciones actuales entre los dos países permiten desarrollar no solo una cooperación sin obstáculos, sino también trabajar por el beneficio mutuo, razón por la cual no se prevé que este roce vaya a más, opina Sanakóev.