En su paso por Jerusalén, de apenas 48 horas, Morales aprovechó para tratar cuestiones de cooperación entre Guatemala e Israel con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con quien ayer mantuvo un almuerzo de trabajo.
Netanyahu agradeció a Morales, a quien calificó de "amigo" en varios momentos, que hubiera respondido a su petición de llevar la Embajada a Jerusalén.
"Lo valoro muchísimo", señaló el primer ministro israelí.
Morales, a su turno, quiso destacar que se abre "una nueva era" entre Guatemala e Israel.
"Tenemos que apoyarnos en nuestras necesidades y en lo que nos podamos ayudar", afirmó el mandatario guatemalteco.
Morales estuvo acompañado en su visita por su esposa, Patricia, la canciller, Sandra Jovel, y los ministros de Defensa, Luis Ralda, y de Economía, Acisclo Valladares, entre otras personas.
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Una nutrida delegación para marcar un momento, la reapertura de la Embajada en Jerusalén, que consideró histórico.
La comunidad internacional no reconoce Jerusalén como la capital de Israel porque el este de la ciudad está ocupada por los israelíes y todos los países mantenían sus Embajadas en Tel Aviv.
El retorno de la Embajada de Guatemala a Jerusalén es la culminación de una larga historia de relaciones de amistad entre los dos países. Guatemala fue el segundo país que reconoció a Israel, después de EEUU, en 1948.
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El entonces embajador guatemalteco ante la ONU, Jorge Granados, fue muy activo en la campaña para convencer a otros países de que votaran a favor de la partición de Palestina en un Estado judío y otro árabe.
La estrecha relación entre Guatemala e Israel continuó durante la guerra civil guatemalteca (1960-1996). Cuando EEUU prohibió la venta de armas entre 1978 y 1982 al gobierno del general Romeo Lucas García, Israel lo abasteció de sistemas de inteligencia y de armas como los fusiles Galil.
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Por otro lado, es una pequeña victoria para un Morales acuciado por los problemas económicos de su país y la acusaciones de corrupción.
También es un gesto hacia los sectores evangélicos de derechas que apoyan al presidente de Guatemala, cristiano evangélico a quien esta comunidad religiosa, muy proisraelí, ayudó a llegar al poder en 2015.