"En 2016 los ciberactores relacionados con el Gobierno ruso lanzaron una cibercampaña coordinada y sin precedentes contra infraestructura electoral del Estado", reza la nota indicando que entre 18 y 21 estados sufrieron impacto de esta actividad.
No obstante, el organismo reconoció que la supuesta injerencia rusa no influyó en los resultados de los comicios.
"El Comité sostiene que junto con la actividad cibernética contra las infraestructuras electorales de los estados, Rusia ejecutó una amplia variedad de actividades de inteligencia contra proceso electoral de EEUU", reza una parte desclasificada del documento.
Se señala que "estas acciones comenzaron al menos a inicios del 2016 y continuaron hasta el día de las elecciones".
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Según el ente, esta actividad incluyó "la recopilación tradicional de los datos y una serie de operaciones que presuntamente buscaron difamar el trascurso limpio de la votación en los comicios estadounidenses y sus resultados".
Esta campaña de influencia, según el reporte, habría sido aprobada al más alto nivel e incluyó hackeos, filtraciones y uso de medios de información y redes sociales pero no repercutió en el conteo de votos.
Tanto el Kremlin como el Ministerio de Exteriores ruso negaron rotundamente la implicación de Rusia en los supuestos ciberataques en las elecciones en EEUU.
Hasta la fecha, el Gobierno de EEUU no ha presentado ninguna prueba que confirme la responsabilidad de Moscú por los supuestos ataques informáticos.