"Esperamos que las autoridades de Armenia apliquen de manera proporcional las leyes en relación con las protestas, y llamamos a liberar a todos aquellos que fueron detenidos mientras ejercían su derecho a las manifestaciones pacíficas, es importante que ambas partes se comporten de manera comedida y responsable", dijo la portavoz de Federica Mogherini en una rueda de prensa.
El primer ministro de Armenia, Serzh Sargsián, renunció a su cargo tras unos diez días de protestas en la capital del país, Ereván.
Su candidatura, propuesta por la coalición gobernante para encabezar el nuevo Gabinete, fue aprobada en el Parlamento el 17 de abril, al calor de las protestas de la oposición que anunció el comienzo de "una revolución de terciopelo" en Armenia para forzar la dimisión de Sargsián, a quien responsabiliza del deterioro de la situación económica en el país.
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La víspera tuvo lugar un encuentro entre Sargsián y el líder de las protestas antigubernamentales, Nikol Pashinián, que duró apenas tres minutos: Sargsián se negó a dialogar en presencia de periodistas y acusó de chantaje a Pashinián dispuesto a conversar únicamente sobre las condiciones de una transición no violenta.
Las fuerzas de seguridad usaron granadas aturdidoras y otros medios antidisturbios para dispersar una marcha de la oposición en el barrio de Erebuni.
Al menos siete personas, según el Ministerio de Salud armenio, fueron hospitalizadas tras los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Unas 230 personas, según fuentes policiales, fueron trasladadas a comisarías.
