"Es algo jamás visto incluso durante la Guerra Fría; al revés, el arte, incluido el ballet, siempre ayudaba a conocer y entender mejor uno a otro, a deshelar la desconfianza, reducir la tensión en las relaciones intergubernamentales", dice el comunicado al añadir que "solo queda lamentar esta política de Washington".
Se infirmó con anterioridad que la primera bailarina del Bolshói Olga Smirnova y el primer solista Jacopo Tissi no lograron llegar a una función de gala en Nueva York porque les habían denegado los visados.
Sin embargo, en el servicio de prensa del Teatro Bolshói comentaron que podría tratarse de problemas técnicos y que a Smirnova simplemente no le alcanzaron expedir a tiempo el visado.