El jurista cubano Julio César Guanche comentó a Sputnik que "desde hace mucho tiempo existen demandas acumuladas que requieren una salida". "Con el liderazgo histórico (las demandas) tenían un tipo de procesamiento, pero ahora tendrán otro" diferente, afirmó.
Sin embargo, estas demandas pueden resultar mal vistas también por el nuevo Gobierno. Según el historiador cubano en la Isla "existe cierta cultura institucional que rechaza el movimiento y prefiere las cosas más tranquilas, con más tiempo para procesarlas", explicó.
No obstante, "a nivel social podría verse que ahora se piden hechos con mayor premura", mencionó.
Este choque de expectativas puede ser una de las causas del movimiento que vislumbra Guanche. Cabe recordar que en abril de 2011 el Partido Comunista de Cuba aprobó una política para la transformación económica de la Isla conocida como "Lineamientos de la Política Económica y Social".
Desde entonces se anunció una restructuración económica que en estos siete años descansa en consignas como "tarea a largo plazo", procesos de actualización y resoluciones llenas de cifras y porcentajes, como demuestra este informe publicado en el periódico Granma.
Sin embargo, ahora será distinto y las demandas podrían enfrentar un contexto más directo y horizontal. "Quienes pasarán a gobernar Cuba a partir del 20 de abril son personas que hemos visto crecer, con los que algunos han compartido estudios superiores", contó Guanche.
"Por tanto, tendrán una mayor presión sobre su trabajo, de donde se espera un diálogo más directo y beligerante", afirmó.
Sin embargo a pesar de esta interacción, la presencia de una nueva generación en el poder se espera que otorgue un rol más institucional al Consejo de Estado.
Según Guanche, "en el transcurso de los años la Asamblea ha impuesto roles al Consejo de Estado y al de ministros que no siempre se han cumplido, como por ejemplo una rendición de cuentas periódica", afirmó.
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En 1976 la Constitución cubana estableció este sistema de rendición de cuentas, que hasta 1983 fue aplazado. Esto trajo problemas como una mayor presencia del Consejo de Estado sobre la Asamblea, órgano que por la ley fundamental debería regir al país.
"Por ello se espera que el nuevo presidente juegue un rol mucho más institucional porque su legitimidad no proviene de la historia de Cuba", explicó Guanche.
"A partir de abril la legitimidad estará definida por el desenvolvimiento de este nuevo liderazgo: la calidad de los procesos que genere, la confianza y los cambios efectivos que logre", afirmó el profesor.