"Hay mucha incertidumbre, no se sabe cómo va a ser el Brexit, y los planes de expansión están en suspenso", señala el aclamado "padrino" de la cocina española en el Reino Unido.
Pero su proyectada expansión por otros barrios se ha desinflado debido a las incógnitas que perduran sobre el futuro de Reino Unido a un año de la fecha oficial de la retirada de la UE.
El Gobierno de Theresa May acaba de pactar una transición de 18 meses— un limbo con las mismas normas comunitarias pero sin poder de decisión hasta diciembre de 2020— mientras ultima la futura política migratoria y los detalles prácticos de su ambicionado "comercio sin fricciones" con el club de Bruselas.
"No sabemos qué pasará con el personal, no sabemos si se encarecerán los productos…, esta incertidumbre es lo peor", lamenta el cocinero.
Pero piensa permanecer en Londres promocionando la cocina española ya sea desde sus propios fogones o a través de libros, columnas en prensa y programas de televisión.
Es sin duda el más mediático de los cocineros peninsulares asentados en Inglaterra.
"Me dicen que soy el 'padrino' de la comida española, pero lo que realmente me alegra es que, con la labor de estos 19 años, la gente ya reconoce nuestra cocina, nuestros sabores y nuestra cultura; y la gastronomía es una parte muy importante de la cultura", afirma.
Así, desvelará los secretos culinarios de su tierra natal, Cáceres, en una publicación que abarcará las dos regiones del suroeste español: Extremadura y Andalucía.
El nuevo proyecto parte con el instinto de una biografía gastronómica, con su autor rememorando "momentos, situaciones y vivencias" con su familia y amigos, además de aportar "recetas típicas" de ambos territorios.
"La cocina extremeña no se conoce mucho pero tenemos productos súper buenos —desde los ibéricos a quesos, aceites y el mejor pimentón del mundo, de hecho inventado allí— que comienzan a reconocerse en España y espero que algún día también en el resto del mundo", dice.
De entonces aún recuerda su asombro al descubrir que los ingleses "solo compraban aceite de oliva para limpiarse los oídos".
"Ha sido complicado porque arrastrábamos el cliché de comida grasienta y mala, de patatas bravas y poco más, pero la gente ha descubierto lo que hacemos y le atrae la sencillez de nuestra gastronomía sencilla, basada fundamentalmente en el producto", explica a esta agencia.
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Los restaurantes españoles genuinos comienzan a despuntar en la competitiva urbe británica, con sus marcas y platos de todos los confines del mundo.
José Pizarro sabe que "llevará tiempo" ponerse a la altura de la oferta francesa, italiana o china pero, según advierte, "es más importante la calidad que la cantidad".