Los participantes del encuentro "intercambiaron sus opiniones sobre la política exterior en el contexto de las medidas simétricas adoptadas contra varios Estados que expulsaron a diplomáticos rusos y cerraron nuestros consulados", dijo Peskov.
Londres insiste en que los Skripal fueron envenenados con una sustancia que supuestamente pertenece a una familia de armas químicas desarrollada por Moscú.
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Desoyendo los llamamientos de Rusia de investigar el caso conjuntamente en el marco de la Convención de Prohibición de Armas químicas, el Gobierno británico ordenó la salida de 23 diplomáticos rusos, a los que acusó de agentes de inteligencia encubiertos, y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países como represalia.
Rusia, que rechaza todas las acusaciones, respondió a Londres con la expulsión de 23 empleados de la Embajada británica y el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.
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El ente diplomático ruso citó a embajadores de varios países para informarles sobre las medidas de respuesta por la expulsión de diplomáticos rusos.
En particular, Moscú expresó su protesta al embajador del Reino Unido, Laurie Bristow, por orquestar las expulsiones de diplomáticos rusos en otros países y agregó que Londres deberá recortar la plantilla de sus misiones en Rusia hasta el mismo número del personal diplomático ruso en suelo británico.
