Citada por la emisora Newstalk, Ardern señaló que los países que decidieron expulsar a diplomáticos rusos lo hicieron porque los consideraron agentes de inteligencia ocultos.
El 26 de marzo 16 países de la Unión Europea, así como Estados Unidos, Canadá, Albania, Ucrania, Noruega, Macedonia y Australia anunciaron la expulsión de diplomáticos rusos por el caso Skripal.
Por su parte, el Gobierno de Islandia decidió suspender temporalmente el diálogo bilateral con las autoridades rusas.
Serguéi Skripal, exoficial de Inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury, en Inglaterra.
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El 14 de marzo la primera ministra británica, Theresa May, responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury –que calificó de intento de asesinato– y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.
Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.
Además, la Cancillería rusa protestó por la expulsión de diplomáticos rusos y prometió respuesta a los países que tomaron la decisión correspondiente.