El día anterior, el diputado laborista británico Ian Austin afirmó que el presidente ruso, Vladímir Putin, pretende explotar la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 de la misma manera que Hitler aprovechó los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, es decir, como campaña publicitaria. El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, asintió que "la comparación con 1936 es correcta, desde luego".
"Una declaración claramente repugnante, indigna de un ministro de Exteriores", comentó Peskov.
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El representante del Kremlin añadió que "obviamente se trata de un insulto inadmisible".
Asimismo, Peskov agregó que Rusia constata que Londres se niega a cooperar con Moscú para investigar el envenenamiento del exagente doble Serguéi Skripal y su hija en Salisbury.
"Constatamos el rechazo continuo del Reino Unido a colaborar para investigar ese incidente y esclarecer quién está detrás (del ataque)", dijo Peskov a los periodistas.
Así comentó un borrador de la declaración de la primera ministra británica, Theresa May, difundido por medios digitales, que la dirigente conservadora presentará este 22 de marzo ante el Consejo Europeo y en el que insta a los líderes a secundar los pasos tomados por el Reino Unido para desmantelar la "red de espionaje ruso", en referencia a la expulsión recíproca de 23 diplomáticos de ambos países.
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Previamente, fuentes ministeriales británicas comunicaron que la primera ministra, Theresa May, prevé analizar el caso Skripal en la cumbre del Consejo Europeo, poco antes de la conclusión de la cena de jefes de Estado y Gobierno este 22 de marzo.
La primera ministra británica, Theresa May, responsabilizó a Moscú de lo ocurrido y anunció la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países como represalia.
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Moscú, que rechaza todas las acusaciones, también exigió la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.