"Pese a que fue declarado que el Reino Unido se niega a comunicarse [con Rusia] a alto nivel político, los contactos de trabajo naturalmente se mantienen, y la Embajada seguirá con este trabajo", dijo Yakovenko, quien llegó al aeropuerto de Londres-Stansted para acompañar a los diplomáticos rusos expulsados del Reino Unido.
Yakovenko advirtió de que la expulsión de los 23 diplomáticos rusos afectará los plazos para la concesión de visados a los británicos, que podrían casi duplicarse.
"Me llega un gran número de quejas, todos se preocupan por sus hijos y no saben como se desarrollará la situación en este país, porque la actitud negativa en la vida cotidiana empieza a preocupar a muchos", señaló.
El diplomático aseguró que la Embajada "planteará estos temas ante el Reino Unido y le indicará que (…) semejante histeria es totalmente inadmisible".
" Para nosotros es importante crear condiciones más seguras, para que nadie amenace a nuestra gente (…) y las amenazas llegan, no solo contra corresponsales, sino también contra diplomáticos y simples ciudadanos rusos", concluyó.
Las relaciones entre Rusia y Reino Unido se deterioraron drásticamente por el envenenamiento del ex agente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury.
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El exoficial de la inteligencia militar rusa, residente en Reino Unido, y su hija fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en esa ciudad británica.
Skripal fue reclutado por el servicio secreto británico MI6 cuando servía en las Fuerzas Armadas rusas en los años 1990.
En 2006 la justicia rusa lo condenó a 13 años de cárcel por espiar a favor de un Estado extranjero y cuatro años después fue canjeado junto con otros dos espías por diez personas detenidas en Estados Unidos.
El Reino Unido acogió a Skripal y le concedió la ciudadanía británica, según confirmó Scotland Yard.
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Moscú, que rechazó todas las acusaciones por infundadas, exigió en respuesta la salida de 23 empleados de la Embajada británica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.