"Se ha organizado una agresión de gran envergadura utilizando instrumentos informativos, políticos y económicos de presión (…) y preparan la opinión pública para un eventual uso de la fuerza militar", señaló al comentar el comunicado conjunto del Reino Unido, Alemania, Francia y EEUU respecto al caso del exagente de la inteligencia rusa, Serguéi Skripal, envenenado en Salisbury.
"El Reino Unido, Francia, Alemania y EEUU llamaron a Rusia a responder todas las preguntas relacionadas con el ataque en Salisbury y presentar un informe completo sobre el programa Novichok a la OPAQ, mientras que a Rusia todos siguen negándole la entrega de datos, muestras o cualquier otra prueba", alegó el senador.
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Kosachov añadió que se trata del camino trillado de "nosotros aquí ya los decidimos todo, no te daremos pruebas, y Rusia debe demostrar que no es culpable".
En su comunicado tacharon el envenenamiento de Skripal de "un ataque a la soberanía de Reino Unido".
Los cuatro aliados advierten que este incidente "amenaza la seguridad de todos nosotros".
El Ejecutivo de Theresa May obtuvo así el voto de confianza de sus todavía socios europeos y de EEUU en su pulso con el Kremlin.
El 14 de marzo la primera ministra británica, Theresa May, acusó a Rusia de estar implicada en el caso Skripal, hecho que Moscú rechaza y considera infundado.
Además, la primera ministra británica ordenó la expulsión de 23 diplomáticos rusos en un plazo de siete días y la suspensión de contactos bilaterales de alto nivel.
Lavrov: el caso Skripal podría ser pretexto para arruinar el Mundial de #Rusia2018⚽️
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 15 марта 2018 г.
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El 4 de marzo la Policía británica encontró al exagente Serguéi Skripal y su hija Yulia inconscientes cerca de un centro comercial en Salisbury, en el condado de Wiltshire.
Según Londres, fueron intoxicadas con una sustancia de acción neuroparalizante y supuestamente producida en Rusia.