"No hay necesidad de suavizar la presión sobre Corea del Norte hasta que esté asegurado el cambio de su política de desarrollo nuclear y de misiles", dijo el ministro, citado por la agencia Kyodo.
Una delegación de Corea del Sur llegó el 5 de marzo a Pyongyang, donde se reunió con el líder norcoreano, Kim Jong-un que declaró que quiere iniciar "la nueva historia de la reunificación de la Patria".
Según la administración de la Presidencia surcoreana, se acordó celebrar una cumbre de los líderes de los dos países en abril, así como organizar línea directa entre los mandatarios para consultas y disminución de la tensión militar.
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Además, Corea del Norte expresó el deseo de dialogar abiertamente con EEUU sobre la desnuclearización de la península y la normalización de las relaciones y dejó claro que no reanudará sus provocaciones mientras duren las negociaciones.
En 2017 Corea del Norte llevó a cabo una quincena de pruebas de proyectiles balísticos, incluyendo los misiles intercontinentales (ICBM) capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y el sexto ensayo nuclear, pese a las numerosas sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
Estados Unidos reaccionó a las provocaciones de Pyongyang con la celebración de maniobras militares conjuntas con sus aliados en la región y el despliegue del escudo antimisiles norteamericano THAAD en el territorio de Corea del Sur.