En el llamado Caso Bezeq o Caso 4.000 la policía sospecha que Netanyahu supervisó personalmente las regulaciones en el sector de las comunicaciones en beneficio de su amigo Shaul Elovitch, principal accionista de Bezeq, el gigante israelí de las telecomunicaciones.
De acuerdo con las filtraciones, la policía cuenta con pruebas de que efectivamente hubo un quid pro quo y que Elovitch intervino para que Walla! hablara bien de Netanyahu.
La policía cuenta con pruebas sólidas, como grabaciones de conversaciones entre los principales implicados que muestran el entendimiento entre las dos partes.
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Los analistas creen que este el peor de los cuatro casos que en la actualidad amenazan a Netanyahu.
Se da la circunstancia de que Filber se ha convertido en testigo del Estado y estaría aportando a la policía información interna que probaría sin dudas que Netanyahu benefició a Bezeq.
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Mientras Netanyahu era interrogado en su residencia de Jerusalén, la policía interrogaba a su esposa Sara en la ciudad de Lod, donde se encuentra el cuartel general de la policía anticorrupción.