Como parte de esas misiones, indicó, los miembros de la OTAN participan en la planificación del uso de municiones nucleares, lo que constituye, según Moscú, "una burda violación del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares".
El titular destacó que Rusia, por el contrario, no cuenta con armas nucleares tácticas ni realiza ejercicios para practicar su aplicación.
"Nosotros hemos concentrado las municiones existentes en las bases centrales de almacenamiento en nuestro territorio nacional, y en esas condiciones la existencia de armas tácticas nucleares de EEUU en Europa, listas para ser usadas, no solo es un vestigio de la Guerra Fría, sino que además representa un enfoque agresivo", resaltó Lavrov.
"Espero que los ciudadanos europeos logren decir un no firme al despliegue en su territorio de armas de destrucción masiva, que pertenecen al único Estado que ya las utilizó, contra las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki", subrayó.
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De hecho, los militares de Estados Unidos preparan a las Fuerzas Armadas de los países europeos para usar armas nucleares tácticas contra Rusia, aseguró Lavrov.
"Todos deben tener muy claro que (…) los militares de EEUU preparan a las Fuerzas Armadas de Europa para utilizar las armas nucleares tácticas contra Rusia", denunció.
La nueva estrategia nuclear de EEUU
"Preocupa la considerable modificación de los enfoques de EEUU en el contexto de su revisada estrategia nuclear, que estipula un aumento del papel de las armas nucleares, en particular mediante la creación y el despliegue de cargas de baja potencia, lo que rebaja el límite para el uso de las armas nucleares", expresó.
Lavrov subrayó que "pese a los considerables avances logrados en el marco del pacto ruso-estadounidense", el START III (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas), Rusia tiene varias preguntas a EEUU.
"En particular, se trata de excluir de los cálculos un considerable número de portadores, en realidad, eludiendo los procedimientos que establece el Tratado", dijo.
Moscú y Washington suscribieron en 2010 el START III en sustitución de dos acuerdos anteriores firmados en 1991 y 2002.
En vigor desde 2011, este documento obliga a los dos países a reducir sus vectores estratégicos desplegados a 700 unidades y las ojivas nucleares hasta 1.550 unidades.
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A principios de febrero, el Departamento de Defensa de EEUU publicó la Revisión de la Doctrina Nuclear, que establece la estrategia y argumentos para modernizar el arsenal estratégico distribuido en misiles en tierra, proyectiles transportados por bombarderos aéreos y cohetes de submarinos nucleares, conocidos como la tríada nuclear.
En particular, precisa que los esfuerzos de EEUU se centrarán en elaborar cargas nucleares de baja potencia.
Reanudar negociaciones sobre el control de armas
"El trabajo de nuestro foro se ha estancado en los últimos años, por lo tanto es necesario superar las discrepancias y acordar una agenda equilibrada de la Conferencia", manifestó, en referencia a la Conferencia sobre Desarme.
Agregó que "la solución de cuestiones pendientes en materia de control de armas y no proliferación nuclear nos urge reanudar la actividad negociadora".
Corregir esta situación, señaló, es posible gracias a "las tradiciones de negociaciones de muchos años que unen a todos los participantes del foro".
"Rusia está dispuesta a reanudar su actividad negociadora en la Conferencia, con base en un programa de trabajo equilibrado y consensuado, Moscú no considera tabú ninguno de los puntos de la agenda", dijo el jefe de la diplomacia rusa.
"Otra de nuestras prioridades es impedir la carrera armamentista en el espacio", afirmó y añadió que Rusia está dispuesta a "debatir cualquier preocupación de las partes interesadas".
Lavrov destacó también que se hace prácticamente imposible solucionar las cuestiones de la seguridad y la estabilidad estratégica internacional "sin elaborar y aprobar un acuerdo internacional que imponga obligaciones jurídicas y contenga garantías fiables del no emplazamiento de armas en el espacio".
Las perspectivas del despliegue de armas en el espacio preocupa no solo a Rusia, advirtió.
"El apoyo amplio a nuestras iniciativas, destinadas a eliminar esta amenaza, lo confirma", dijo.
Acusaciones contra Damasco
En su intervención en la Conferencia sobre Desarme, Lavrov afirmó además que EEUU presenta acusaciones absurdas contra el Gobierno de Siria.
"Washington, al citar a especialistas en noticias falsas como los totalmente desacreditados 'Cascos Blancos', presenta acusaciones absurdas contra el Gobierno de Siria, que en un contexto complejo de lucha contra el terrorismo internacional eliminó sus reservas de armas químicas", aseveró el canciller ruso.
"En tanto tenemos la paradoja de que EEUU, siendo uno de los miembros clave de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que insistió en su momento en la aprobación de un compromiso jurídico global de destruir las armas antes de 2007, en la actualidad conserva el mayor arsenal mundial de estas armas de exterminio en masa y las perspectivas de que las destruya son inciertas", denunció.
El canciller ruso recordó que Siria destruyó su arsenal bajo "un estricto control internacional en respuesta a la iniciativa conjunta de Moscú y Washington y continúa colaborando con la Secretaría de la OPAQ".
Asimismo, según Lavrov, Rusia rechaza las tentativas de los países occidentales de crear plataformas poco transparentes en materia de armas químicas, que buscan sustituir las discusiones en el marco de la OPAQ y la ONU.
"Hace una hora se celebró en Francia una reunión informal para promocionar un nuevo proyecto antisirio, la Alianza Internacional contra la Impunidad del Uso de Armas Químicas, establecida el 23 de enero en París; reafirmamos el rechazo a la promoción de semejantes iniciativas ocultas y no inclusivas, destinadas a (…) sustituir las discusiones en la OPAQ y la ONU", dijo.
El canciller ruso se mostró perplejo ante la participación de la Secretaría de la ONU en ese "evento no inclusivo".
La Alianza Internacional contra la Impunidad del Uso de Armas Químicas, presidida este año por Francia e integrada en la actualidad por 24 países y la Unión Europea, se reivindica como "complemento a los mecanismos internacionales para combatir la proliferación de armas químicas" a través de recoger y compartir datos sobre los individuos y entidades presuntamente responsables de ataque químicos.
