"Los estadounidenses y algunos de sus aliados buscan impedir la cooperación ruso-iraní", dijo en una conferencia dedicada a la situación en Oriente Próximo del Club de Debates Valdái.
Según la Cancillería rusa, el diálogo político entre Rusia e Irán se basa en la proximidad de las posiciones de ambos países sobre la mayoría de las cuestiones de las agendas internacional y regional.
Se trata, en particular, de la creación de un orden mundial multipolar, el fortalecimiento del papel de la ONU en los asuntos internacionales, la lucha contra nuevos retos y amenazas, así como la solución de las crisis en Siria, Irak y Afganistán.
Moscú y Teherán son, junto con Turquía, los artífices del formato de Astaná para poner fin a las hostilidades en Siria, una plataforma que permitió establecer cuatro zonas de distensión en el país árabe.
Rusia ve la interacción con Irán como la condición necesaria para velar por sus intereses nacionales, así como para fortalecer la estabilidad en las regiones del Cáucaso y Asia Central, en Oriente Próximo y Medio.