Alaq apuntó que para Bagdad los contratos de Rosneft con el Gobierno del Kurdistán constituyen "una violación de la Constitución del país", y subrayó que las autoridades kurdas no están autorizadas a sellar acuerdos semejantes.
"El Gobierno federal califica las acciones de Rosneft de un error que corregiremos (…) sin perseguir a la compañía", dijo.
Tras la celebración del referéndum independentista en el Kurdistán iraquí en septiembre de 2017, el Ministerio de Petróleo de Irak advirtió a las empresas extranjeras que cerrar contratos con la autonomía kurda sin notificarlo al Gobierno de Bagdad sería una "violación de la soberanía nacional" y una "injerencia grave" en los asuntos internos del país.
Bagdad tachó de ilegales los contratos entre Rosneft y las autoridades kurdas, sin embrago el director general de la compañía, Ígor Sechin, subrayó que la petrolera rusa no viola las leyes de Irak al trabajar en el Kurdistán iraquí.
Según comunicó a Sputnik el jefe del comité de asuntos económicos y financieros en el Parlamento de la región del Kurdistán, Izzat Saber, el importe total del paquete de contratos entre Erbil y Rosneft excede los 3.000 millones de dólares.
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De ellos, más de 1.000 millones de dólares es un anticipo a Erbil para que pague la deuda a la petrolera emiratí Dana Gas, 1.000 millones de dólares se invertirán en la construcción del gasoducto hacia el puerto turco Ceyhan y 1.000 millones de dólares se destinarán a desarrollar cinco bloques petroleros en la región.
Los contratos también suponen que la compañía rusa comprará del 60 al 70% del crudo que exporta la región.