Con más de 60 votos a favor, de un total de 100, la Cámara Alta puso fin a los debates de la ley de espionaje conocida como FISA que expira el 19 de enero.
Ahora el Congreso requiere de una simple mayoría de votos para prorrogar por seis años la normativa que autoriza a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a seguir espiando fuera de Estados Unidos.
La NSA se encuentra en el ojo del huracán desde que el analista Edward Snowden destapara sus programas secretos de espionaje electrónico en 2013.
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Tras compartir documentos de la NSA sobre el espionaje global con los periódicos The Washington Post y The Guardian, el analista huyó a Hong Kong y luego se refugió en Moscú.
En la misma sociedad estadounidense no cesan los debates sobre la vigilancia a los propios ciudadanos de este país en el marco del programa de la NSA.
En 2015 el portal de filtraciones WikiLeaks reveló que la NSA espió a 56 altos cargos alemanes, entre ellos a la canciller Angela Merkel.
Según el sitio web, políticos y empresarios de Francia también fueron blanco del espionaje estadounidense.
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La empresa de seguridad informática Kaspersky Lab detectó el virus con el que el Gobierno estadounidense espiaba a instituciones gubernamentales, militares, científicas y empresas de México, Ecuador y Brasil.
