Huntsman señaló que "cuando dos potencias poseen el 90% del arsenal nuclear del mundo, uno no puede sino pensar que esta situación constituye cierta amenaza".
"Creo que mientras tengamos arsenales nucleares de semejante tamaño, siempre habrá un elemento de amenaza en las relaciones", dijo.
"Debemos elaborar vías para consolidar la no proliferación de armas nucleares", subrayó.
El embajador estadounidense se refirió a los años 1990 y recordó que durante el mandato del expresidente ruso Borís Yeltsin Rusia y EEUU "contribuyeron más [que ahora] en la construcción de un ambiente de confianza y trabajaron lado a lado para resolver los distintos problemas".
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"Espero que en cierta medida podamos volver a este formato", agregó.
Hutsman señaló que las autoridades estadounidenses "quieren unas relaciones responsables" con Rusia.
El diplomático admitió que el Congreso y la Casa Blanca "tienen cuestiones sobre la injerencia en las elecciones de 2016 (en EEUU) y están gravemente preocupados por las violaciones del derecho internacional en los asuntos de Crimea y Donbás".
Sin embargo, "podemos resolver los asuntos que generan discrepancias y a la vez mirar hacia el futuro en que debe haber más transparencia, buen diálogo y soluciones para esos asuntos".
Las relaciones entre Moscú y Washington se ven complicadas por las sospechas norteamericanas de que Rusia intervino en las presidenciales de EEUU de 2016.
El Congreso de EEUU y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) investigan estas sospechas desde el año pasado, pero hasta el momento la pesquisa no consiguió pruebas irrefutables para numerosas acusaciones presentadas contra Rusia.
Tanto el Kremlin como el Ministerio de Exteriores ruso negaron rotundamente la intervención de Rusia en los asuntos internos en EEUU, y apuntaron que se trata de un asunto "inventado" que se emplea para denigrar al presidente estadounidense, Donald Trump.
La situación en Ucrania representa otro punto de divergencia para las relaciones ruso-estadounidenses.
En particular, Washington acusa a Moscú de agudizar el conflicto ucraniano, aunque Rusia declaró en varias ocasiones que está interesada en que Ucrania supere las crisis política y económica.
Rusia es miembro del Grupo de Contacto Trilateral y del cuarteto de Normandía, dos formatos que buscan la resolución del conflicto en el este de Ucrania, que desde abril de 2014 causó más de 10.100 muertos.
La reincorporación de Crimea a Rusia en marzo de 2014 también causó un profundo deterioro en las relaciones entre Moscú y los países occidentales, incluido Estados Unidos.
EEUU, la Unión Europea y otros países aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia, que respondió con un embargo a las importaciones agroalimentarias provenientes de esos países.
Crimea se reunificó con Rusia en virtud de un referendo con un aplastante sí, y la Cancillería rusa declaró en repetidas ocasiones que respeta y acepta la decisión de los crimeos, que expresaron de forma democrática y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de la ONU su voluntad.
