"La ministra Kang expresó una seria preocupación por la reanudación por parte de Corea del Norte de provocaciones imprudentes pese a las reiteradas advertencias de la comunidad internacional y urgió a todos los funcionarios diplomáticos y militares a bloquear las capacidades nucleares y de misiles de Corea del Norte, incluyendo a través de fuertes sanciones y presiones", dice el comunicado.
Los ministros acordaron mantener los contactos a todos los niveles entre ambos países sobre la desnuclearización de Corea del Norte.
Corea del Norte llevó a cabo un nuevo ensayo de un misil balístico intercontinental a las 18.18 GMT del 28 de noviembre.
Según Pyongyang, el misil probado es un Hwasong-15, que recorrió unos 950 kilómetros y alcanzó una altitud máxima de 4.375 kilómetros.
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Pyongyang afirmó que el nuevo misil puede ser dotado de una ojiva nuclear pesada "supergrande", y es capaz de "impactar cualquier punto en el territorio continental de Estados Unidos", algo que también admitieron expertos de EEUU.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, quien presenció la prueba, declaró que Corea del Norte consiguió con el nuevo lanzamiento "un éxito histórico al concluir el desarrollo del armamento nuclear del país".
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A pesar de que Pyongyang aseguró que su nueva arma no afectó la seguridad de los países vecinos y se empleará solo para proteger su soberanía e integridad territorial "de la política de chantaje y amenazas nucleares que ejerce EEUU", Corea del Sur respondió a la provocación con su propio ensayo de misiles.
Por iniciativa de Seúl, Washington y Tokio, para las 00.30 GMT del 30 de noviembre está convocada una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que tratará de encontrar una manera de responder a la prueba de Pyongyang, que desafió a las sanciones internacionales y puso fin a más de dos meses de inactividad.