"Venezuela no necesita que le den el pescado, sino que necesita que le den la caña, hoy estamos hablando justamente de esta caña", dijo a la prensa tras la XIII reunión de la Comisión Intergubernamental Rusia-Venezuela, celebrada en la ciudad rusa de Sochi (sudoeste).
Moscú y Caracas están desarrollando una cooperación mutuamente beneficiosa en las áreas de energía, industria, comercio, transporte, agricultura, construcción de vivienda, ciencia y educación, gestión y prevención de desastres, así como en los campos técnico-militar y financiero.
Según datos del Servicio Federal de Aduanas de Rusia, en 2016 el intercambio comercial con Venezuela se situó en más de 336 millones de dólares, de los que 334,2 millones correspondieron a las exportaciones rusas al país caribeño.
El funcionario, que encabeza la delegación de su país, aseguró en la reunión de la comisión intergubernamental de Rusia y Venezuela que la planta está lista al 100% y el año próximo comenzará a producir.
La delegación rusa al evento estuvo presidida por el vice primer ministro ruso, Dmitri Rogozin.
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Serguéi Ladiguin, subdirector general de la entidad exportadora de armas rusa, Rosoboronexport, anunció en marzo de este año que la construcción de las fábricas de fusiles Kalashnikov se reanudará en Venezuela en abril.
Actualmente en el mundo no existe ninguna planta fuera de Rusia que produzca fusiles Kalashnikov patentados, y la de Venezuela sería la primera.
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A finales de 2014 Rogozin, responsable del sector de Defensa en el Gobierno, reconoció los problemas y ordenó aplazar las obras y sustituir al subcontratista general.
El embajador de Rusia en Caracas, Vladímir Zaemski, comentó el año pasado a Sputnik que entre 2016 y 2017 en Venezuela se terminarán de construir dos plantas del consorcio Kalashnikov, que producirán el fusil de asalto AK-103 y su munición.