Anteriormente, el periódico norteamericano The Washington Post afirmó, citando fuentes propias, que Estados Unidos tiene previsto dejar sus tropas en Siria incluso después de la derrota de los terroristas de Daesh (grupo autoproclamado Estado Islámico y proscrito en Rusia y otros países) e imponer una Administración proestadounidense en el norte del país árabe.
"Creo que los estadounidenses no podrán mantener su presencia militar en Siria si no reconocen la autonomía de los kurdos, lo que a su vez socavará para siempre la confianza de Ankara en Washington", dijo Sivkov.
"Si incluso Estados Unidos pone una base en la zona, corre el riesgo de quedar aislada ante la actitud negativa del Gobierno de Siria y de los demás países de la región", advirtió.
El analista explicó que las posiciones de Estados Unidos se tambalean en la región ya que sus planes no se corresponden a los intereses de Rusia, Irán y Turquía, este último uno de sus principales aliados en la zona.
La cuestión kurda es un tema muy sensible para el país otomano.
"Washington choca hoy no solo con Rusia, sino con el trío Moscú-Teherán-Ankara", sostuvo.
Irán, subrayó, siempre luchará contra la presencia estadounidense en la región, mientras que para Turquía el surgimiento de una autonomía kurda es fatal ya que puede desencadenar la desintegración del país.
El experto subrayó que hoy por hoy ninguna fuerza es capaz de influir en el futuro de Asad al frente de Siria.
"El futuro político de Bashar Asad ya no depende de Estados Unidos y es que el líder sirio se ha ganado el derecho de mantenerse en el cargo de presidente al llevar al país a la victoria (contra el terrorismo)", puntualizó.
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El analista auguró el debilitamiento de la influencia de Estados Unidos en Oriente Medio, algo que llevará al deterioro de su imagen ante sus aliados tradicionales.
"En este contexto Arabia Saudí empezará a desconfiar de (Washington) su principal aliado y se acercará a Moscú", señaló.
A su vez, Israel se guiará por sus propios intereses, concluyó Sivkov.
