El autor señala que las sanciones solo afectan los proyectos que comiencen a partir del 29 de enero de 2018.
Lekuj recuerda que las mayores empresas petroleras rusas como Rosneft, Lukoil, Surgutneftegas, Gazprom y Gazpromneft ya fueron incluidas en la lista de las compañías sancionadas de 2014.
El Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado de EEUU, encabezado por un veterano de la industria petrolera, Rex Tillerson, justificaron esta nueva tanda de sanciones con la crisis ucraniana, indica el autor de la nota.
"Estados Unidos dejó de tener el monopolio de las tecnologías en la exploración de plataformas continentales y en perforación en aguas profundas. Por su parte, Rusia necesita en cierta medida de estas tecnologías. Digo 'en cierta medida' porque para Rusia lo ideal sería crear sus propias tecnologías de este tipo. Sin embargo, por ahora hay un mercado grande donde está presente no solo EEUU, sino también China", explica Lekuj.
El columnista añade que Washington ni siquiera goza del monopolio en la exploración de los yacimientos de esquisto.
Lekuj se muestra todavía más sorprendido por la decisión de EEUU de imponer nuevas sanciones, ya que, en la actualidad, en el mundo se habla cada vez más sobre la reducción de la producción de petróleo.
El hecho de que las nuevas medidas económicas se refieran solo a los proyectos que empiezan a partir de enero de 2018 significa que Moscú puede seguir desarrollado negocios ya existentes, incluso con la participación estadounidense, como por ejemplo, los proyectos en Sajalín o en la plataforma continental en el mar de Ojotsk.
"Los rusos se encogieron de hombros y se fueron a explorar el rico y prometedor 'almacén' árctico, pero esta vez sin ustedes. Nuestra [parte] del Ártico dispone de enormes reservas de fuentes de energía. Y la cuestión es quién, además de los mismos poseedores, recibirá acceso a estos recursos, tan deseados por muchos", recalca el columnista.
Lekuj señala que la nueva serie de sanciones no representa ninguna amenaza seria para el sector energético del país eslavo. "En su lugar lo preocupante es el nivel de las decisiones tomadas por la Administración de EEUU, que priva a sus ciudadanos de la oportunidad de participar en proyectos prometedores", subraya.
"Los disparos contra sus 'propios pies', que suceden cada vez más a menudo, no son un indicio de buena salud mental", ironiza el periodista.
Según Lekuj, la predictibilidad tiene un gran valor en la política y la economía mundial. Esta supone la existencia de una plataforma para negociaciones, mientras la insensatez en estos asuntos es destructiva y peligrosa, concluye el columnista.