"Lamentamos el curso de Washington, encaminado a empeorar las relaciones ruso-estadounidenses, se trata de una política totalmente miope, plagada de consecuencias negativas, en particular, para el propio Washington", dijo la diplomática.
EEUU, la UE y otros países aprobaron en ese momento varios paquetes de sanciones contra Rusia, a las que Moscú respondió con un embargo a las importaciones agroalimentarias provenientes de esos países.
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que el tema de Crimea está "cerrado definitivamente".
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En diciembre de 2016, la administración del entonces presidente, Barack Obama, expulsó a 35 diplomáticos rusos y ordenó el cierre de dos mansiones diplomáticas rusas en respuesta a la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales estadounidenses, acusación que Rusia ha refutado reiteradamente.
A finales de julio, después de que el Congreso de EEUU aprobara una nueva batería de sanciones contra Rusia, el Ministerio ruso de Exteriores propuso al Gobierno estadounidense recortar a 455 personas la plantilla de sus legaciones diplomáticas y consulares en el país para el 1 de septiembre.
Putin precisó más tarde que esa decisión implica para Washington la necesidad de retirar a 755 personas, tanto diplomáticos como empleados contratados localmente que son nacionales de Rusia.
"Rusia tiene muchas posibilidades para responder a nuevas sanciones de EEUU" https://t.co/gDbHpSZrFw
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 1 ноября 2017 г.
A finales de agosto, el Departamento de Estado de EEUU pidió a Rusia desalojar su Consulado General en San Francisco y dos oficinas diplomáticas más, una en Nueva York y la otra en Washington, poniendo como fecha límite el 2 de septiembre.
El Ministerio ruso de Exteriores cumplió la petición de Washington pero la calificó de un acto hostil y una burda violación del derecho internacional.