"Respondo personalmente por el hecho de que nuestros productos no contengan ningún elemento no declarado, de espionaje o maligno, y declaro personalmente que todas las acusaciones contra nuestra compañía de seguimiento de los usuarios representan una paranoia totalmente infundada, en el mejor de los casos", dijo el creador de la empresa.
"La reciente campaña en contra de nuestra compañía es una paranoia, una hoguera de la inquisición y una cacería de brujas", reiteró el empresario.
El 13 de septiembre, el Departamento de Seguridad Interior de EEUU ordenó a todas las agencias federales dejar de usar los productos de Kaspersky Lab en los próximos 90 días ya que pueden comprometer la seguridad nacional del Estado.
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Más tarde, el fundador de la empresa aceptó testificar el 27 de septiembre ante el Congreso de Estados Unidos por las acusaciones contra su empresa, sin embargo la audiencia fue aplazada a una fecha indefinida.
Kaspersky Lab es una empresa dedicada a la seguridad informática con sede central en Moscú y con presencia en 200 países, entre ellos EEUU.
Poco antes el fundador de la compañía aseguró que no pensaba retirarse del mercado estadounidense, que catalogó de estratégico, a pesar de que algunas cadenas de electrónica dejaron de trabajar con sus productos, entre ellos la Best Buy.