Según datos preliminares de la Comisión Electoral Central, el ex primer ministro, Sooronbái Zheenbékov, del Partido Socialdemócrata de Kirguistán, reunió más del 54% de los votos, lo que le permite salir ganador en la primera vuelta, su principal rival, Omurbek Babánov, obtuvo más del 33%, quedando en segundo resultado.
Banánov llamó al electorado a que no se deje provocar: "nunca quise ni querré tomar el poder por la fuerza, estaremos defendiendo los derechos de nuestros electores por medios legítimos".
No obstante, el candidato opositor reveló que hubo infracciones y que su partido está reuniendo los correspondientes datos.
También destacó que estos fueron los primeros comicios en los que los votantes tenían qué elegir.
"La persona que ocupe el puesto de presidente dentro de un mes, asumirá una gran responsabilidad, necesitamos aunar al pueblo, necesitamos estabilidad", recalcó.
"Hubo casos de presión a los electores y del uso del recurso administrativo", dijo Guliyev sin precisar en qué distritos electorales fueron detectados los incidentes.
Aun así, los observadores de la OSCE consideran las elecciones de Kirguistán competitivas ya que los electores tenían una amplia elección.
Guliyev señaló que la votación fue bien organizada en la mayoría de los distritos electorales.
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A la mañana del 16 de octubre, el Comité Electoral Central kirguís recibió datos del 98,2% de los colegios electorales.
Según estos datos, el candidato oficialista Sooronbái Zheenbékov, del Partido Socialdemócrata de Kirguistán, reúne el 54,81% de los votos, mientras Omurbek Babánov, el rival principal de Zheenbékov, cuenta con el 33,74% de los votos.