"La decisión de la Rada Suprema puede tener tres niveles de consecuencias. En el ámbito económico, sería un golpe para el bienestar de los ucranianos que viajan a Rusia para trabajar. Hay centenares de miles de estas personas que provienen de todas las partes de Ucrania", declaró.
"La segunda consecuencia importante afectaría a la comunicación intercultural, es decir, al diálogo entre los habitantes de Ucrania y Rusia. En este caso, las autoridades de Ucrania actúan de manera deliberada tratando de romper todos los lazos que existen entre los ciudadanos de ambos países", añadió Onopko.
Onopko afirma que las autoridades ucranianas no lograrían conseguir sus metas mediante la implementación de este tipo de medidas.
"Hay dudas considerables respecto a la posible efectividad de estas medidas. Esto se debe al hecho de que Kiev no controla una parte de su frontera, que forma parte de los territorios controlados por las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. Esto quiere decir que los ciudadanos de Ucrania van a tener la posibilidad de viajar a Rusia a través de Donbás", opina el politólogo.
Además, el jefe del Servicio ucraniano de Seguridad, Vasili Gritsak, propuso recientemente prohibir viajar a Rusia a los políticos y altos cargos ucranianos. El organismo preparó un proyecto de ley que introduciría responsabilidad penal por este hecho, que sería castigado con hasta seis años de prisión.
El 6 de octubre, la Rada Suprema aprobó en primera lectura la ley de la reintegración de Donbás, que califica a Rusia como un "país agresor" y llama "temporalmente ocupados" a los territorios controlados por las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. El Kremlin, a su vez, calificó de "inaceptables" los términos usados en la pieza legislativa.