Son palabras de Rebecca Johnson, copresidenta de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, galardonada este año con el Premio Nobel de la Paz "por su labor para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso que se le dé a las armas nucleares y por sus esfuerzos para lograr que se prohíban por medio de un tratado".
"La única solución al peligro que representan las armas nucleares es eliminarlas en base al tratado apoyado abrumadoramente por la Asamblea General de la ONU en julio", dijo Johnson a Sputnik.
Al preguntarle sobre si es posible eliminar definitivamente las armas nucleares, la doctora reconoce que llevará su tiempo, aunque también apuntó a que estamos más cerca que hace unas décadas. En este sentido, apunta a que la ciudadanía ha despertado al oír los agresivos intercambios verbales entre Washington y Pyongyang.
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Ninguno de ellos está dispuesto a retroceder como sucedió con la crisis de los misiles cubanos de los años 60, advierte, y prosigue: los líderes actuales son líderes débiles que, por su condición, presumen de arsenal militar. "Por eso es tan peligroso", apunta Johnson, para quien el tratado de la ONU alentará los esfuerzos encaminados a reanudar las conversaciones a seis bandas sobre el programa nuclear de Pyongyang y las de Estados Unidos y Rusia sobre la reducción de sus arsenales nucleares.
Johnson ha asegurado que la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares no pretende únicamente abolir este tipo de armamento para que en las guerras que se libren por el mundo se utilicen únicamente armas convencionales, y que en este sentido perseguirán las causas de las guerras y el dinero que se obtiene con su venta.
"Queremos atajar ese problema y desarrollar herramientas diplomáticas para solucionar esos conflictos", ha asegurado a Sputnik.