"Son dos opciones que estamos dispuestos a debatir", declaró Bajtiyar, quien forma parte del Consejo Directivo de la UPK.
"Y que cualquier nación, la ONU, su Consejo de Seguridad, las embajadas de grandes potencias en Bagdad controlen esas negociaciones", añadió.
Bajtiyar calificó de "apresuradas y poco constructivas" las medidas que buscan aislar al Kurdistán.
"¿Para qué se apresuran tanto con el bloqueo y se demoran en entablar el diálogo?", interrogó.
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El miembro de la mesa directiva señaló que la UPK aboga por una postura racional y flexible, pero también es capaz de dar una respuesta contundente.
El Kurdistán iraquí, según el escrutinio preliminar, votó por separarse de Bagdad y proclamar la independencia, el primer estatus posible, mientras el segundo podría ser la transformación de Irak en una confederación.
"Estamos dispuestos a negociar esas variantes (…), ahora es indispensable liberar la mesa de negociaciones incluyendo nuevos y viejos proyectos (…), y que cualquier país, el Consejo de Seguridad de la ONU, Naciones Unidas, las embajadas de las grandes potencias en Bagdad controlen esas negociaciones", dijo el político.
Bajtiar insistió en que las medidas tomadas para bloquear Kurdistán son "poco constructivas y apresuradas", y hay que comenzar por "desintoxicar la atmósfera en Irak, que no resulta propicia para el diálogo".
"¿Por qué se dan tanta prisa con el bloqueo y se demoran con el inició del diálogo?", se cuestionó el representante del UPK, agregando que los kurdos prefieren que todo sea flexible y racional, pero son "capaces de responder de manera severa".
El Kurdistán iraquí celebró el 25 de septiembre un referéndum en el que un 93% de los electores, según el escrutinio preliminar, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.
En una reunión del 27 de septiembre los diputados del Parlamento iraquí aprobaron un documento que reitera que el referéndum kurdo fue convocado ilegalmente.
La declaración parlamentaria también autorizó al primer ministro iraquí, Haider Abadi, a enviar tropas a la zona petrolera disputada de Kirkuk, ocupada por los kurdos en el marco de la lucha contra los terroristas de Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).
El referéndum fue criticado a nivel internacional por EEUU, Irán, Turquía, la ONU y la Liga Árabe.