"Para que este suceso termine de la mejor manera tiene que existir una negociación pactada; el Gobierno de la Generalitat debe atenerse a la legalidad vigente, y el (gobernante) Partido Popular (PP) debe reconocer que España es una nación de naciones y eso, en realidad, creo que es lo que desean la mayoría de los catalanes", dijo a esta agencia Florencia Alonso, de la consultora Opción Consultores.
La norma fue promulgada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, pero el día siguiente, el Tribunal Constitucional de España decidió por unanimidad suspenderla, respondiendo al recurso de inconstitucionalidad presentado por el Gobierno español.
"El Gobierno de la Generalitat de Cataluña no ha demostrado la más mínima voluntad de diálogo, y ninguna conciliación pactada puede ser posible si la alternativa que se plantea desde Cataluña es referéndum o referéndum, como dijo Puigdemont cuando asumió", expresó Alonso.
Sin embargo, propuestas más moderadas obtienen mayor apoyo.
Por ejemplo, la idea de que Cataluña aumente su autonomía pero que continúe dentro del Estado español es la que tiene mayor arraigo dentro de la ciudadanía.
Lea más: Gobierno de España seguirá resistiendo proceso independentista catalán
Para el politólogo Mauro Casa, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, el camino más adecuado también es la negociación, y no la realización de un plebiscito determinante que reduzca las opciones a "sí" o "no".
"Tal vez la conformación de España como un Estado federal sea una buena solución; la negativa rotunda del PP a introducir cualquier modificación en el Estatuto Autonómico de Cataluña evidentemente exacerba los ánimos independentistas e impide cualquier solución pactada entre la región y el centro", sostuvo.
"En ese sentido, determinar si tienen más derecho los catalanes a la independencia o los españoles a mantener su territorio unido es una discusión que en términos principistas, de "quién tiene razón", es muy complicada de saldar", afirmó.
El experto propuso trasladar la discusión a un plano más político e histórico, debido a que "en ese plano abstracto no hay respuestas absolutas".
Lea también: Catalanes defienden que el independentismo es más que un movimiento nacionalista
Por su parte, Alonso opinó que en España se llegó a esta situación debido a "la incapacidad de ambas partes", debido a que en ningún momento trataron de saldar esta situación a través de la conciliación.
"Ninguno ha sido capaz, probablemente por intereses políticos partidarios en sus circunscripciones: el Gobierno de España ha hecho política con Cataluña y el Gobierno de la Generalitat ha hecho política con el tema del independentismo, ninguno de los dos ha estado a la altura ni ha intentado realmente una salida racional y pactada a este conflicto que parece que cada vez se va acentuando más", dijo la experta.
Además, sostuvo que el Gobierno del PP se equivoca al no reconocer a Cataluña como nación y al vetar y llevar al Tribunal Constitucional el estatuto "que habían votado todos los catalanes, porque ahí empieza a desarrollarse aún más este conflicto".
Vínculos con América Latina
No obstante, más allá de esos vínculos, los gobiernos de la región se tendrán que enfrentar a la disyuntiva de reconocer a un estado independiente catalán, si este se concreta.
"En términos políticos, los países de América Latina como parte de la comunidad internacional deberán decidir sobre el reconocimiento de Cataluña como Estado", señaló Scagliola, integrante del sector político Casa Grande, que integra la coalición gobernante Frente Amplio.
El independentismo catalán surgió en las primeras décadas del siglo XX, cuando se fundó el primer partido favorable a la secesión de España.