La decisión, que carece de precedentes, es una represalia por la última campaña de Amnistía Internacional, que defiende el boicot de las empresas que operan en las colonias judías.
Según Amnistía Internacional, esta sanción no tendrá grandes repercusiones puesto que las donaciones que recibe de donantes israelíes son relativamente escasas.
Esta será la primera vez que Israel aplica una controvertida ley que la Kneset aprobó en 2011 y que prevé sanciones para los grupos que hagan un llamamiento al boicot de las colonias judías o de Israel.
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El ministro de Finanzas, Moshe Kahlon, convocará en los próximos días a los representantes de Amnistía Internacional para pedirle explicaciones y después ejecutará la sanción.
Según la organización de derechos humanos, desde que se ha conocido la decisión en la mañana del 12 de septiembre, sus oficinas se han visto inundadas de israelíes que quieren hacer una donación a Amnistía Internacional, de manera que la decisión del ministerio de Finanzas ha tenido un efecto contrario al esperado.
Un portavoz de Amnistía Internacional ha dicho que la decisión es simplemente un paso más en la persecución de los activistas que denuncian la ocupación.