"La administración estadounidense continúa destruyendo las relaciones bilaterales y probablemente sin pensar siquiera en las consecuencias ni para nuestros dos países, para los dos pueblos, ni para la estabilidad internacional en general", afirmó en una rueda de prensa.
El Departamento de Estado exigió el 31 de agosto a Rusia cerrar su consulado general en la ciudad de San Francisco (oeste) y otros dos anexos en Nueva York y Washington con fecha límite del 2 de septiembre.
Además, el asesor del presidente ruso recordó que las restricciones afectaron a una oficina alquilada por la representación comercial rusa en Nueva York, así que llega a seis el número total de instalaciones rusas cerradas por EEUU, lo que calificó de "usurpación".
"No es una señal para desarrollar las relaciones, sino para ahogarlas todavía más", destacó.
Al mismo tiempo, afirmó que el Gobierno ruso "pensará tranquilamente" en la respuesta.
Constató también que lo que pasa actualmente entre los dos países es un "buen regalo" para el nuevo embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, pues tendrá algo que hacer.
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A finales de julio, el Ministerio de Exteriores ruso pidió al Gobierno estadounidense recortar a 455 personas la plantilla de sus legaciones diplomáticas y consulares en el país para el 1 de septiembre, decisión que implica el despido de 755 personas.
Moscú, que se abstuvo de responder en diciembre pasado a la expulsión de 35 diplomáticos rusos de EEUU, impuso la restricción en represalia a un nuevo paquete de sanciones contra Rusia aprobado por Washington.
"No pudimos contenernos después de que el Congreso aprobara esa ley cuyas consecuencias quedan todavía complicadas para anticipar", dijo Ushakov.
La nueva ley también endurece las condiciones de financiación en EEUU para las entidades rusas sujetas a las restricciones y deja la puerta abierta a las sanciones contra las compañías europeas por colaborar con Moscú en importantes proyectos relacionados con la exportación de hidrocarburos.
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La ley anuncia aparte que EEUU seguirá oponiéndose a la realización del proyecto Nord Stream 2, que prevé el tendido de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
