"Eso causa preocupación no solo a la industria alemana", dijo el portavoz, agregando que las sanciones antirrusas "no deben ser un instrumento de la política industrial en aras de los intereses de EEUU".
El diplomático aseguró en una rueda de prensa que, en comparación con la variante presentada en junio, el texto de la ley sobre las nuevas sanciones fue mejorado considerablemente gracias a una labor de aclaración llevada a cabo por la Comisión Europea y el Gobierno alemán.
"Es importante continuar una coordinación estrecha entre EEUU y la UE en la política de sanciones respecto a Rusia", dijo Demmer.
La portavoz agregó que "en este contexto vamos a comprobar el proyecto de ley" sobre sanciones a Rusia.
"Consideramos que la industria europea no debe convertirse en el objetivo de las sanciones estadounidenses", subrayó Demmer.
La Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó el 25 de julio con 419 votos a favor y tres en contra una ley que contempla un nuevo paquete de sanciones antirrusas.
El documento deja la puerta abierta a las sanciones contra las compañías europeas por colaborar con Moscú en el sector energético, en concreto en el proyecto Nord Stream 2, que prevé el tendido de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
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En la mira estarían los cinco gigantes energéticos europeos ENGIE, OMV, Shell, Uniper y Wintershall, que a finales de abril firmaron sendos acuerdos con la compañía rusa Gazprom para financiar el 50% de la infraestructura, evaluada en 9.500 millones de euros.