"Moscú y Pekín comparten un interés común que es debilitar la influencia global de EEUU y están cooperando activamente en este sentido. Los dos países van ampliando lentamente la cooperación militar, al igual que los vínculos económicos", consta en ese documento titulado "Capacidad militar de Rusia".
Al mismo tiempo, el informe deja constancia de que algunas personas en Rusia "son muy conscientes de la creciente disparidad de poder entre Rusia y una China en ascenso y se preocupan porque Moscú corre el riesgo de convertirse en socio menor de Pekín".
"Otros siguen albergando sospechas de que a largo plazo China vuelva a ser una amenaza militar para Rusia", añade el documento.