El 26 de junio la Casa Blanca acusó a Damasco de preparar un ataque químico y declaró que, en caso de que se produzca, las autoridades sirias "lo pagarán caro".
"Consideramos estas nuevas insinuaciones (…) como una invitación a los terroristas que actúan en Siria, a los extremistas y a la oposición armada para que fabriquen una nueva provocación a gran escala con armas químicas, seguida, según el plan de Washington, de inevitable castigo a (presidente sirio) Bashar Asad", dice el texto.
El 27 de junio, el ministro sirio de Reconciliación Nacional, Ali Haidar, negó rotundamente que se prepare un ataque con armas químicas y reiteró que Damasco ni las ha utilizado ni utilizará en el futuro.
El 4 de abril, la oposición siria afirmó que las fuerzas sirias habían usado armas químicas en la localidad de Jan Sheijun, gobernación de Idlib.
Tres días después los estadounidenses atacaron la base aérea de Shairat (gobernación de Homs) sin presentar pruebas de la responsabilidad de los militares sirios y haciendo oídos sordos al llamado de Rusia a realizar una investigación minuciosa del caso.
En un vídeo que publicó el grupo terrorista Frente al Nusra (proscrito en Rusia y otros países) y en el que se basan las acusaciones, se afirma que el ataque de la aviación siria tuvo lugar entre las 6.00 y 6.30 de la mañana, sin embargo el Ejército negó que llevara a cabo misiones en ese periodo.
Otro vídeo de Jan Sheijun, filmado por los controvertidos Cascos Blancos, muestra a los activistas sin máscaras ni otros equipos de protección, lo que contradice la tesis del empleo de gas sarín, una sustancia que causa convulsiones, parálisis y puede provocar la muerte por asfixia a las personas expuestas.
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El presidente Asad señaló que si los Cascos Blancos hubieran operado en un lugar en el que realmente se usó sarín, no estarían vivos.