"Hemos señalado que Alemania y Europa están muy interesados en prevenir la escalada en el golfo Pérsico", dijo Gabriel en la rueda de prensa con su homólogo saudí.
Además, el ministro alemás afirmó que la ruptura de las relaciones de países del Golfo a largo plazo amenaza a la cooperación en la lucha contra el grupo yihadista de Daesh (proscrito en Rusia y otros países).
"Necesitamos la colaboración en el marco de la coalición contra Daesh y entendemos qué amenazas surgirán en el caso de la ruptura duradera de las relaciones en la región (del golfo Pérsico)", dijo Gabriel.
Por su parte, el ministro de Exteriores saudí, Adel al Jubeir, Catar debe aceptar las condiciones impuestas por los países de la región que rompieron las relaciones diplomáticas con Doha.
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"Subrayamos que para restablecer las relaciones Catar debe aceptar las condiciones que impusimos", dijo.
El ministro añadió que Arabia Saudí califica a Catar como "un Estado hermano y un socio", pero subrayó que durante muchos años avisaron a Doha que es inaceptable "apoyar a algunas organizaciones".
A este bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas y Mauritania.
La crisis se desató después de que la agencia de noticias QNA citara unas supuestas declaraciones del emir catarí Tamim bin Hamad al Thani a favor de la normalización de las relaciones con Irán.
Pese a que el Ministerio catarí de Exteriores advirtió que el polémico discurso era falso, Arabia Saudí, Bahréin y los Emiratos Árabes dieron poco crédito a la explicación.