"La única otra persona que puede ser primer ministro dentro de siete días sencillamente no está a la altura del cargo, no cree en Gran Bretaña, no tiene ningún plan y tampoco tiene madera", clamó la jefa del Gobierno y líder tory, Theresa May, en referencia a Jeremy Corbyn.
Pero los laboristas van ganando respaldos y la distancia con los tories se ha reducido a un radio de entre diez y tres puntos, según distintos sondeos de intención de voto.
Con la confianza de su creciente popularidad, Corbyn abordó este jueves de lleno la cuestión del Brexit, que es prioritaria en la campaña de May pero divide a los candidatos y electores laboristas.
"Nosotros en el laborismo comprendemos que obtener un acuerdo adecuado —uno que asegure el futuro de nuestro país a largo plazo— será un reto, una cuestión de planificación y negociaciones serias, no de amenazas ni fanfarronadas", dijo en un acto electoral en el sur de Inglaterra.
"La falta de acuerdo con la UE sería un desastre económico y el peor acuerdo posible", señaló Corbyn.
La primera ministra, a su vez, prometió recuperar el "control" de las fronteras, las leyes, las finanzas y las normativas laborales, entre otros poderes.
"Liberados de los grilletes del control de la UE, volveremos a ser una gran nación comercial global que creará nuevos empleos y nuevas oportunidades para las familias de los trabajadores comunes aquí en casa", exclamó la líder conservadora.
May lanzó su vago plan Brexit en una fábrica del Tesside, región del noreste de Inglaterra que votó mayoritariamente en favor de la salida de la UE en el referéndum de 2016.